De pequeño, en mi etapa escolar, recuerdo, que mi escritura era de lo más penoso, horrendo y deprimente, claro está que eran los primeros cursos de la EGB, allá por finales de los 70, aunque, rebasé la segunda etapa con tan esperpéntica escritura. Mi padre ponía empeño en ayudarme, pero se lo llevaban los demonios, aunque paciencia no le faltaba...
En más de una ocasión, sucedía esto:
-Manolito, esto está que da pena, ¡tienes que mejorar esa letra chiquillo! y acostúmbrate (palabra muy utilizada por él) a no tener que borrar tanto, que pones el cuaderno "to tiznao".
Mis nervios no me dejaban dar pié con bola, de ahí que él, tuviera que volver a borrarme lo escrito...
-Manolito, ¡trae una goma, anda!
-No tengo, papá...
-¿cómo que no tienes?, "po estamos apañaos", ¡un niño en el colegio, y que no tenga goma, esto es "pa reventá", esto tiene mandanga!...
Ahí era cuando ya, explotaba, y levantándose bruscamente de la silla, y gesticulando con la cabeza, se iba murmullando, probablemente, los demonios, lo llevaran en brazos hasta la cocina, para volver, con una goma de borrar improvisada, un migajón pe pan...
-Trae "pacá", anda trae "pacá" y así dando migajonazos sobre el papel, hacía desaparecer aquello que yo llamaba escritura, adornando la mesa del salón con multitud de pequeñas trazas de pan ennegrecidas...
De ahí que, mi pobre padre, con toda su paciencia, se empeñara en mejorarme en este aspecto, cosa que con el tiempo, consiguió, y no quiero decir con esto, que tenga, como se suele decir, una letra bonita, pero, al menos es legible.
Para tal fin, mi padre tiro de un manuscrito antiguo que conservaba, y en plan castigo, todas las tardes, me hacía copiar una o dos páginas de éste manuscrito, que, para mi, tanto entonces, como ahora, era casi ilegible, (creo que para mi padre, también lo era) aparte, nombraba sitios remotos de por ahí, y utilizaba palabras que jamás había oído o leído hasta entonces, en mi corta vida, por ejemplo, fiordo, ¿que sería un fiordo, dios mío de mi alma? yo por si acaso, ni preguntaba...
Les dejo una foto de dicho manuscrito, que he encontrado en la red, desengañándome a mí mismo, ya que pensaba, que ese libro sólo lo tenía mi padre, lástima, que no pueda hablar de ello con él, y de paso, darle las gracias, porque hoy como padre que soy, entiendo el fin que buscaba...
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