Un día antes de esta fecha, la del 28 de diciembre, que como todo el mundo sabe, es la de las inocentadas, va mi perro, y se me escapa, atrapado por el pánico que le producen los artículos estos explosivos y demás, tan prolíficos en estas fechas navideñas, si, si, hablo de los petardos y cohetes.
El pobre perro, como animal que es, no pensaba, que donde mejor y más protegido estaría ante los estallidos de estos artilugios, sería en su hogar, junto a sus legítimos dueños, pues nada, al señorito, le daba por salir por patas hacia la calle, en cuanto oía un estruendo, y en no pocas ocasiones, hemos tenido que salir en su busca y retornarlo al hogar, llevándose claro está, su correspondiente reprimenda por mi parte, cosa que con lo visto, servía de poco.
Con la lengua fuera, tembloroso hasta casi la extenuación, busando el momento de subir a esconderse a las habitaciones, (lugar prohibido tajantemente para él) y una vez, se le reñía para que desistiera de ello, copiando todos y cada uno de los pasos de todos los miembros de la familia, dirigiéndose a nuestro lado allá donde fuéramos, y siempre con su lengua fuera.
Todo esto, hasta ayer mismo, que, en un descuído, y creo que hasta sin mirar pa tras, se perdió corriendo en busca de, no sé, qué lugar, para él más seguro, y haciendo con esto, que todos pasemos hoy un día bastante amargo, algo que por mi parte, nunca creí que me pasara, pero realmente, hoy para mi, es un dia amargo, así que, la inocentá, me lan dao bien...
El pobre perro, como animal que es, no pensaba, que donde mejor y más protegido estaría ante los estallidos de estos artilugios, sería en su hogar, junto a sus legítimos dueños, pues nada, al señorito, le daba por salir por patas hacia la calle, en cuanto oía un estruendo, y en no pocas ocasiones, hemos tenido que salir en su busca y retornarlo al hogar, llevándose claro está, su correspondiente reprimenda por mi parte, cosa que con lo visto, servía de poco.
Con la lengua fuera, tembloroso hasta casi la extenuación, busando el momento de subir a esconderse a las habitaciones, (lugar prohibido tajantemente para él) y una vez, se le reñía para que desistiera de ello, copiando todos y cada uno de los pasos de todos los miembros de la familia, dirigiéndose a nuestro lado allá donde fuéramos, y siempre con su lengua fuera.
Todo esto, hasta ayer mismo, que, en un descuído, y creo que hasta sin mirar pa tras, se perdió corriendo en busca de, no sé, qué lugar, para él más seguro, y haciendo con esto, que todos pasemos hoy un día bastante amargo, algo que por mi parte, nunca creí que me pasara, pero realmente, hoy para mi, es un dia amargo, así que, la inocentá, me lan dao bien...
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